Cambiar el filtro de combustible contribuye a reducir el consumo

La acción eficaz del filtro de combustible no sólo elimina las impurezas, sino que también garantiza una combustión óptima de la gasolina y el gasóleo, lo que contribuye a reducir el consumo de combustible.

Los filtros de combustible desempeñan un papel esencial para garantizar el buen funcionamiento de los motores de combustión. Su función principal es proporcionar una «barrera» defensiva en la línea de combustible de los motores, impidiendo que las impurezas y la humedad del combustible alcancen y puedan dañar componentes como los inyectores, las camisas de los cilindros y los segmentos de los pistones.

En los motores diésel, el filtro es crucial para proteger el sistema de inyección de la presencia de partículas sólidas, agua, lodos y otras sustancias nocivas, que, por desgracia, suelen estar presentes en los productos dispensados por los distribuidores: una protección que, en el caso de los filtros posventa de calidad como SOFIMA Filter, se extiende hasta las partículas más pequeñas, que pueden ser de tan sólo cuatro micras.

Los daños causados a los motores por la contaminación del carburante son considerables: hoy en día, por desgracia, son frecuentes los casos de impurezas en los depósitos de las gasolineras, sujetas a filtraciones de agua y a la formación de algas y moho, o de fraudes por parte de operadores deshonestos, llevados a cabo mediante la adición de residuos de la transformación del aceite y cloro.

Sin embargo, hay una pregunta que los automovilistas se hacen a menudo: ¿es cierto que el filtro de combustible también influye en el consumo? ¿Es necesario sustituir periódicamente para proteger mejor los motores y evitar el derroche de gasolina y gasóleo?

La respuesta a estas preguntas es sí, y la explicación técnica es bastante sencilla. Un filtro que se utiliza durante demasiado tiempo corre el riesgo de obstruirse, lo que reduce la eficacia de su acción y disminuye la presión en el circuito de combustible.

Esto puede conducir a una atomización subóptima de las moléculas de combustible y, por lo tanto, a una relación de mezcla con el aire que no corresponde a las especificaciones del fabricante: la combustión puede ser incompleta, lo que reduce la potencia del motor.

En ese momento, para garantizar el funcionamiento normal del motor, su unidad de control electrónico aumentará la cantidad de combustible inyectado en la cámara de combustión, incrementando así el consumo de combustible. Además, un filtro obstruido provoca un aumento de la presión del sistema de alimentación de combustible, aumento que soporta la bomba de baja presión que, para hacer frente a este aumento, absorbe más electricidad, en detrimento, una vez más, del consumo global. Pero eso no es todo.

La calidad de los filtros SOFIMA

El componente más importante de un filtro es el elemento filtrante: el combustible fluye a través de él, dejando atrás cualquier impureza. Si el filtro es de baja calidad y se ha fabricado con materiales deficientes o con procesos de producción inadecuados, las impurezas no se retienen eficazmente, con lo que se corre el peligro de obstruir los inyectores o, como mínimo, de afectar negativamente al consumo de combustible del vehículo. Elegir un filtro simplemente porque cuesta menos que otros puede resultar, por tanto, un mal negocio para el consumidor. También existe el riesgo, nada desdeñable, de que un filtro de mala calidad sea fuente de impurezas, al perder partículas de las que está hecho el material filtrante o residuos del procesado en las zonas de montaje. No en vano, entre las rigurosas pruebas a las que se someten los filtros UFI, la limpieza es de suma importancia para garantizar el rendimiento del filtro.

El material filtrante utilizado por SOFIMA para sus filtros se fabrica internamente en las plantas del Grupo UFI Filters, al que pertenece SOFIMA, y está compuesto por fibras sintéticas o celulosa. Los espacios entre los pliegues son uniformes y densos, lo que garantiza ventajas como una gran precisión y una mayor superficie filtrante, una excelente resistencia a la presión del combustible y una mayor vida útil, al tiempo que se reduce la caída de presión que ofrece el filtro al paso del flujo de combustible. Al fin y al cabo, se trata de productos correspondientes al equipamiento original suministrado a los principales fabricantes de automóviles.

Un ejemplo es el filtro para carrocería de aluminio S 1833 B para aplicaciones de Volkswagen, SEAT, Skoda y Audi.

 

Cuidado con el gasóleo

De todos los combustibles disponibles, el gasóleo suele ser el que presenta un mayor contenido de impurezas. Por ello, los requisitos que se exigen a los filtros para motores diésel, que hoy en día se utilizan principalmente en vehículos comerciales, son más estrictos. Por ello, el elemento filtrante del filtro SOFIMA destinado a los motores diesel está fabricado con material sintético a base de fibras de celulosa o polímero, que ofrece una gran eficacia en su acción filtrante, así como una excelente separación del agua, una gran capacidad de retención de partículas sólidas y una resistencia mínima a la caída de presión.

Un ejemplo es el filtro S 6038 NE para el motor más popular del Grupo Volkswagen, el EA 288 EVO de 1,6 y 2,0 litros para plataformas MQB. Un filtro diésel compuesto de celulosa y fibras sintéticas con gran capacidad de separación de agua.

 

Larga vida, pero no eterna

La eficacia de un filtro disminuye con el paso del tiempo y los kilómetros, por lo que todos los fabricantes esperan que se sustituya periódicamente, normalmente cada 40.000 km en los coches diésel y cada 20.000 km en los de gasolina.

En cualquier caso, es importante seguir siempre escrupulosamente las prescripciones de servicio facilitadas por el fabricante del vehículo y sustituir el filtro siempre que haya alguna duda de que se ha utilizado combustible «sucio» o de que el sistema de combustible del motor funciona mal.